Mi novia caliente estuvo sedienta de polla todo el día mientras estaba en la escuela.

Mi novia caliente estuvo sedienta de polla todo el día mientras estaba en la escuela.

El día transcurrió más con las travesuras habituales como siempre. Recogí a mi novia de la escuela y la llevé a casa en el auto. Se veía muy sexy hoy y no podía esperar a tener un poco de ese dulce trasero. Sus bragas estaban empapadas pensando todo el día en la escuela en mi polla deslizándose en su coño. Ella actuó toda inocente y como si no lo quisiera, pero yo sabía que después de un largo día en la escuela necesitaba una polla dura para animarla. Entonces hice precisamente eso, esperé hasta que ella se metió en la ducha y entré cuando estaba completamente desnuda y la sorprendí. La miré mientras llenaba la bañera y mi chica delgada y desnuda me mostró su lindo culito y su coño desde algunos ángulos agradables. Me di cuenta de que muy pronto iba a tener una buena sesión de sexo con ella. Saqué mi polla y comencé a jugar con ella frente a su cara y a ponerme dura. Ella apretó sus pequeñas tetas y deslicé mi polla contra ellas. Esto me puso muy duro y no quería nada más que ella me diera una buena mamada. Justo cuando pensé en eso, mi chica empezó a chuparme la polla con fuerza como una completa puta. Vi su cabeza rubia moverse hacia adelante y hacia atrás mientras me hacía una mamada inimaginablemente buena. Ella me la chupó durante un rato y esto me puso muy cachondo, así que decidí follármela allí mismo. La incliné y deslicé mi polla dentro de su apretado coño. Comencé a follarla y vi su pequeño cuerpo ir y venir mientras empujaba mi polla profundamente dentro de ella y luego volvía a salir. Se veía su maravilloso tatuaje de marihuana y pasé un tiempo increíble con ella. Después de follarla al estilo perrito por un tiempo, sentí que era hora de cambiar de posición, así que la subí a la bañera y le abrí las piernas. Vi su clítoris palpitar mientras penetraba su coño una vez más. Empecé a follarla en esa posición con las piernas bien abiertas y disfruté cada momento. Me encantaba su carita bonita y la forma en que gemía cuando la cogía, era simplemente increíble. Se sintió tan complacida que comenzó a manosearse y acariciar su clítoris mientras yo entraba en su coño caliente.

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