Monja tiene problemas para mantener alejadas sus tentaciones del sexo anal
A pesar de sus fuertes creencias religiosas y espirituales, esta hermana ha tenido problemas para mantener alejadas las tentaciones. Sus impulsos sexuales han regresado recientemente y se han vuelto más poderosos. No importa cuánto rece, no puede quitarse de la cabeza estos pensamientos impuros de que su culo virgen sea follado duro por grandes pollas. La joven cachonda anhela el pecado, anhela que la follen por el coño y por el ojete. Se moja mucho soñando con un hombre que se la lleva sin tener en cuenta sus protestas o el hecho de que es monja. ¿Cómo se siente estar jodido? ¿Qué se siente cuando un hombre le mete la polla por el culo? ¿Cómo se siente cuando un hombre inyecta esperma en su cuerpo? Desde su última confesión ha tenido sueños húmedos en los que traga un montón de semen caliente. Sólo recordarlos le hace la boca agua y su coño brota. Se quita el hábito y contempla su ardiente cuerpo desnudo frente al espejo. Tumbada en su cama, abre las piernas mientras chupa un enorme consolador de gelatina que esconde en sus cajones. No puede evitar masturbarse en su dormitorio, follándose el coño y el culo con el juguete sexual, y es capaz de mantenerlo en secreto hasta un día fiel. El día en que el joven monje la pilla en mitad de un acto. Con las piernas en alto, empuja el consolador dentro de su coño mojado y se folla con él. Mientras este hermano pasa por el pasillo, escucha los gemidos y gemidos provenientes de la habitación de la hermana. Abre la puerta y encuentra a una monja vestida con un traje de lencería guarra, a cuatro patas y metiéndose dos dedos en su culo abierto. Ver a una chica desnuda masturbarse le excita hasta el punto de que ya no puede aguantar más. El joven clérigo cachondo comienza a masturbarse mientras espía a la monja desnuda. Finalmente, ella se da cuenta de él y lo ahuyenta. Sólo para seguirlo le pide que le coma el coño. La joven cachonda desnuda se sienta sobre su cara para que él se la coma. Luego se acuesta boca arriba y deja que él le folle su estrecho coño en posición de misionero. Su polla dura y caliente se siente increíble dentro de su vagina. Él se tumba en el suelo y ella se encima de él, montándolo a modo de vaquera inversa. De rodillas, adora su polla, chupándola y acariciándola. La monja cachonda quiere que la follen, quería que la follen por el culo una y otra vez hasta llorar. Ella quiere que la utilicen así. A cuatro patas, él satisface sus impulsos anales, follándose su apretado culo al estilo perrito por detrás y dándole toda esa leche caliente con la que había estado soñando. ¡El pecado anal es el mejor tipo de pecado!