Tetona engaña a su marido ciego con un repartidor

Un día vino un repartidor a entregar un paquete. Un ciego abrió la puerta y lo dejó entrar a la casa. Cuando le pidió que firmara los papeles, su esposa entró en la habitación. Ella esperaba y se burlaba del repartidor con sus grandes tetas, que sacó de su camiseta sin mangas. ¡Eran pechos grandes y colgantes! El repartidor los miró boquiabierto por la sorpresa. Nunca había visto unas tetas tan grandes. Le gusta ser una zorra delante de su marido, sabiendo que él no puede ver lo que está haciendo. En realidad, el paquete era para ella y pidió un consolador que se puede pegar a la pared. Lo tomó y fue al baño, donde lo metió y empezó a empujar su coño sobre él. El repartidor notó que, aparte de ella y su marido, no había nadie más en la casa, por lo que la siguió hasta el baño. Cuando entró y vio lo que estaba haciendo la chica tetona desnuda, se arrodilló frente a ella para tomarse una selfie. Cuando lo vio, agarró su polla y la apretó. La encontró mucho más asertiva de lo que había imaginado. Una chica desnuda y mojada se arrodilló frente a él, abrió la boca y le metió la polla dentro. Ella le hizo el amor a su polla con la boca antes de dejar que él la follara bajo la ducha. No se detuvieron ni siquiera cuando su marido ciego entró al baño. La pareja se escabulló al dormitorio. Mientras su marido ciego estaba en casa, ¡se folló al repartidor en su cama como loca! Ella saltó sobre su polla como una vaquera. Sus tetas gigantes estaban completamente a la vista. El enorme peso de ellos colgaba de la parte delantera de su cuerpo. Sus pesadas tetas rebotaban hacia arriba y hacia abajo y de lado a lado mientras movía sus caderas con un movimiento circular. Extendió la mano y agarró su ubre con ambas manos. Ella dejó que le golpeara el coño a lo perrito y también le dejó follar sus hermosas y grandes tetas. Finalmente, se corrió sobre su cara de zorra y la dejó toda pegajosa y desordenada. Con semen en la cara, volvió con su marido y lo besó.